domingo, 25 de octubre de 2009

Durante años el hombre cedió el placer de la moda a las mujeres. Pocas veces un hombre tenía interés por sentirse cómodo consigo mismo, cuidarse y se preocupaba por su aspecto.

La causa de esto, era que como caballeros que somos, dejamos que la mujer fuera la única que tuviera esa preocupación y ese disfrute. Con el pasar de los años, ese concepto se ha arraigó tan fuertemente en nuestras mentes y en nuestra cultura que arrebatarle parte de esa preocupación a las mujeres nos ha costado un triunfo.

Esto es algo que saben muy bien las firmas de moda, y es por ello que su surtido masculino, aunque ahora mucho más amplio que hace unos años, aún sigue teniendo un segundo plano. El 80 % de la superficie de las tiendas de ambos sexos sigue siendo del sexo femenino, y decimos un 20 % por ser benévolos, porque hay establecimientos que no llegan ni aun 5 %.

Con la cosmética ha pasado algo similar y para llegar a la especialización de los productos para hombre por parte de la industria han tenido que pasar muchos estudios de mercado, hasta que el nicho de clientes fuera lo suficientemente atractivo para invertir en él, y aún ahora el mundo de la cosmética ve en la inversión masculina un atractivo relativo.

Por fin, parece que, poco a poco, vamos siendo cada vez más atractivos para la industria y aunque todavía nos queda mucho trabajo por delante y quitarnos de encima muchos tabús, vamos por muy buen camino.

Vamos a acabar ya con la típica pregunta de, ¿qué me pongo cariño?, para ser nosotros mismos los que decidamos que imágen queremos dar, ¿estáis con nosotros?.


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